viernes, 20 de septiembre de 2013

COXINHA CON SALSA DE CHAMPIÑONES

Ya terminaron las vacaciones estivales y con ellas llegó el día 20 y ¿qué pasa los días 20? Pues que llega nuestro reto del grupo "Desafio en la Cocina".
Este mes ha retado nuestra compañera Carolina del blog "Tomillo, laurel y otras cosas de comer", y tocaba un reto salado.
Carolina, sabiendo que el próximo año las Olimpiadas son en Brasil, nos ha propuesto un entrante típico de esa tierra, para que cuando estemos viendo a nuestros participantes, las hagamos y fuera como si estuviéramos con ellos.
El entrante en cuestión son las Coxinha y os preguntaréis ¿eso que es lo que es? Pues lo mismo me pregunté yo. Luego descubrí que son unas bolas con forma de mustilos de pollo y rellenas del mismo o de lo que queramos.
Coxinha es "muslisto" en portugués.
La vedad es que las mías más que muslitos parecen higo, pero quedaron muy ricas. Las hice un día que tenía invitados en casa y les encantó. La verdad es que para ser la primera vez quedaron muy ricas. Están rellenas con pollo y champiñones.
Si quieren ver las ricas recetas de mis compañeras pinchar aquí.

 http://desafioenlacocina1.blogspot.com/2013/09/coxinhas.html


Ingredientes

  • Una pechuga de pollo
  • Un puerro
  • Dos pimientos verdes
  • Una cebolla o cebolleta
  • Seis champiñones
  • Un chorrito de tomate frito
  • Tres dientes de ajos
  • Seis cucharadas de aceite
  • Dos huevos
  • Pan rallado
  • 500 gr. de harina
  • Un poquito de nuez moscada
  • Un puñadito de orégano
  • Sal y pimienta

Elaboración 

En primer lugar ponemos en una olla un litro de agua y ponemos la pechuga, el puerro y un pimiento verde. Como la pechuga no tiene grasa yo le puse tres cucharaditas de aceite. Si lo hiciéramos con otra parte del pollo o le dejáramos la piel, no sería necesario poner el aceite. Echamos un poquito de sal y pimienta.
Ponemos al fuego y cocemos durante treinta o cuarenta minutos.



Colamos el caldo.


Una vez esté listo, colamos y separamos la carne. Dejamos enfriar un poco para poder trabajar sin quemarnos.

Mientras la carne está enfriando aprovechamos y picamos muy menuditos dos dientes de ajo, la cebolla, el pimiento y tres champiñones.

En una sartén ponemos tres cucharadas de aceite y cuando esté templado añadimos lo que tenemos picado y sofreímos.

Una vez tengamos esto bien refrito, le añadimos el  pollo.



Cuando el pollo tenga un color doradito le añadimos cuatro cucharadas de tomate frito.

Probamos de sal  y ponemos al gusto.












Mientras el relleno templa un poco, nosotros ponemos el caldo que tenemos colado al fuego y
cuando empieza a hervir le añadimos la harina y removemos hasta que formemos una masa que se despegue de las paredes de la cazuela.







Una vez tengamos la masa a punto le añadimos un poco de pimienta molida y un poco de nuez moscada. Damos unas vueltas.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   


Sacamos y dejamos atemperar un poco y cuando podamos manejarla sin quemarnos la amasamos unos minutos con las manos.






Una vez tengamos la masa a nuestro gusto hacemos bolitas mas o menos del mismo tamaño y las aplastamos. Hacemos una especie de redondel y dentro ponemos una cucharadita de relleno. Damos forma de muslito (bueno... a mi me quedaron como unos higos pero estaban muy bien).






Formada la coxinha.













Una vez las tengamos hechas, ponemos en un plato pan rallado y dos huevos batidos (yo le añadí tanto al pan como al huevo un poco de orégano).













Freímos en abundante aceite.










Ponemos en un plato con papel absorbente para quitar el exceso de aceite.








Para la salsa.
En una sartén ponemos tres cucharadas de aceite y los ajos restante fileteados con el resto de los champiñones a trocitos. Salpimentamos y doramos. Cuando estén doraditos le añadimos un vasito de vino blanco y una cayena a trocitos. Dejamos reducir el vino y pasamos por la batidora. Probamos y ponemos a nuestro gusto y listo para servir.

Con las cantidades que he dado me salieron diez, de las cuales no quedaron ni una. Todo un éxito. Repetiré seguro.





A mis comensales  les encantó. Espero que a ustedes también.

Espero tengamos tod@ un buen retorno.